Nos han dado dolores de cabeza en más de una forma, y su creador ha dicho “Lo siento, nuestra intención era buena“. Estamos hablando de las ventanas emergentes (pop-up en inglés) que a más de uno nos han provocado ganas de golpear nuestro monitor.
La creación de los pop-up corrió a cargo de Ethan Zuckerman, diseñador y programador para un servicio de hospedaje web llamado Tripod.com. Uno de sus clientes fue una compañía de autos que se alteró al ver que habían comprado un banner en una página de tipo sexual, y no les gustó la idea de que su marca fuera asociada con situaciones sexuales.
Para solucionar el dilema Zuckerman pensó ¿Qué tal si el anuncio pudiera lanzarse en su propia ventana? Y así escribió el código para el que sería el primer anuncio pop-up.
A pesar de que siguen abundando este tipo de anuncios, son mucho menos de lo que eran antes, gracias al software que bloquea las ventanas emergentes en la mayoría de los navegadores. Si lo vemos de manera positiva, las ventanas emergentes sirvieron como marco para la publicidad online y definió el modelo de negocio en los incipientes sitios web. Así que traten de no odiar a los pop-up, aunque aparezca una chica desnuda o que resultaste ganador de un iPhone/iPad, que saltan antes de entrar a una página en Internet.
